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Consentimiento y privacidad de datos ¿Cómo podemos protegerlos?

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La popularidad cada vez mayor de las redes sociales y la creciente digitalización de las gestiones online nos obliga a compartir nuestros datos personales en Internet. Aunque hay información sensible que preferimos no hacer pública, muchas veces la compartimos por Internet sin darnos cuenta. Ello afecta a la seguridad de los datos personales y nos expone a riesgos innecesarios. 

 

Para prevenir una invasión de nuestra esfera privada, es importante saber en qué consiste la privacidad de datos y cómo protegerla. En este artículo te damos las claves sobre la protección de datos e información sensible en Internet, y te ofrecemos consejos para lograr que tus datos se utilicen sólo con tu consentimiento. 

Privacidad de datos ¿Qué es exactamente?

En términos legales, la privacidad de datos es el bien jurídico que se protege mediante el llamado “derecho a la privacidad”. En la práctica, este derecho se manifiesta en la posibilidad de mantener la vida privada y la información personal al margen de intrusiones por parte de terceros, ya sean individuos o empresas. 

 

La privacidad de datos va mucho más allá de este ejemplo concreto que abarca dos aspectos principales. El primero consiste en el llamado “control de acceso”. Este concepto es el punto de partida de la privacidad de la información personal, y consiste en delimitar qué datos particulares está permitido compartir sin que ello afecte a los derechos del usuario.

 

Una vez definido el alcance de la información sensible, entra en juego el segundo aspecto importante de la privacidad: el establecimiento de mecanismos de protección. Medidas como la encriptación o el cifrado de datos se implantan para evitar el acceso no autorizado a datos privados o confidenciales. También pueden establecerse para impedir que el usuario comparta accidentalmente datos sensibles, por ejemplo reenviando un correo electrónico. 

Consentimiento de datos ¿Cuándo y por qué?

Una de las claves de la privacidad en Internet es el consentimiento de datos, regulado por el Reglamento General de Protección de Datos. Según la ley de datos personales, el consentimiento debe darse de forma clara e inequívoca por parte del usuario interesado, que debe haber recibido información detallada acerca de la gestión de sus datos por parte del servicio o página online. 

 

El consentimiento expreso obligatorio se opone al llamado “consentimiento tácito”, por el cual empresas y páginas web accedían a la información asumiendo sin pruebas que el interesado permitía tal acceso. Con la normativa actual, el usuario tiene que consentir explícitamente, o sus datos no pueden ser transmitidos a la página en cuestión. 

 

A pesar de la regulación de este consentimiento, con frecuencia los usuarios de Internet dan permiso para la gestión de sus datos sin leer las condiciones. Este error provoca que a menudo las empresas cuenten con información que los usuarios no saben que están compartiendo. Para evitarlo, es vital leer los términos y condiciones, en especial en ámbitos como los siguientes:

  • La recogida de datos personales a través de formularios web.
  • El tratamiento de datos de menores de edad, que requieren el consentimiento del menor y de sus padres hasta los 13 años.
  • En el ámbito laboral, los formularios de recogida de datos de los empleados.
  • Todos los datos relativos al perfil médico cuando se comparten con un empleador o un profesional de la salud
  • Los datos de propietarios de un inmueble gestionados por el administrador de la propiedad.

En todas las situaciones anteriores, es vital observar con detenimiento las condiciones con las que se comparten los datos. En particular, es importante comprobar que no estamos dando permiso para difundir información particularmente sensible a terceras partes.

Ejemplo de datos sensibles

El concepto de información sensible abarca una amplia variedad de datos personales. Según la normativa de protección de datos, los datos sensibles pueden pertenecer a alguno de los siguientes campos: 

  • Datos relacionados con el origen racial, la ideología política y las creencias religiosas
  • Datos de afiliación a un sindicato
  • Datos genéticos y biométricos compartidos para la identificación personal
  • Datos médicos y todos los relativos a la vida y orientación sexual 

Incluso información personal tan básica como el nombre completo o la fecha de nacimiento están protegidos por la normativa. También es imprescindible proteger documentos que contengan este tipo de información sensible, desde currículos hasta fotografías o contraseñas de inicio de sesión en páginas web. 

¿Cómo podemos proteger nuestra información privada?

Proteger la información privada puede parecer complicado. Sin embargo, es posible reducir al mínimo los riesgos de sufrir un ciberataque o de compartir datos sensibles sin darse cuenta. Basta con aplicar los siguientes consejos:

  • Contraseñas seguras: Elegir una contraseña con cifras, letras y signos de puntuación hará más difícil el acceso a tus cuentas. Por supuesto, es importante no compartirla con nadie, en especial a través de redes sociales o servicios de mensajería. 
  • Utilizar sitios de confianza: Tanto para introducir datos personales como para descargar contenidos, es vital revisar que el sitio web que se utiliza es fiable. Para ello, asegúrate de que la URL empieza con HTTPS: estas letras indican que los datos están cifrados.
  • Leer condiciones de uso: Todos hemos cometido el error de aceptar las condiciones sin leerlas. Aunque pueda llevar tiempo, es un paso fundamental para evitar el robo de nuestros datos. 
  • Evitar las redes públicas: el acceso gratuito a Internet en establecimientos públicos puede exponernos a ciberataques. Si te conectas a una red pública, no introduzcas datos personales ni utilices páginas en las que conste información sensible.
  • Borrar el historial de navegación: Aunque las cookies pueden hacer que se cargue más rápido una página web, es importante limpiar tus navegadores con cierta frecuencia. Cuantos menos datos haya en tu navegador, más difícil será que alguien los obtenga. 
  • Actualizar el antivirus: El antivirus es el mínimo de protección que necesita cualquier ordenador. Asegúrate de actualizarlo a menudo para protegerte de nuevas amenazas en la red. 

Digital Future Society: La ciberseguridad y los derechos digitales

La seguridad de datos no es un asunto exclusivamente individual. Cada vez más organizaciones e instituciones gubernamentales organizan iniciativas para concienciar a la sociedad de la seguridad en Internet. Digital Future Society es un ejemplo: impulsada por el MWCapital y el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital del gobierno de España, tiene como objetivo promover una transformación digital más equitativa y sostenible, focalizando el debate sobre los derechos digitales.

 

Digital Future Society se establece como vínculo de unión entre organizaciones, instituciones, empresas y entidades académicas para buscar soluciones a los retos de la revolución digital. Su radio de acción se extiende a varios ámbitos, como la innovación pública, el crecimiento equitativo y la seguridad digital.

 

Iniciativas como Digital Future Society crean un espacio de reflexión acerca de la seguridad, la equidad, la ética y los derechos humanos en la era digital. La difusión de información sobre los riesgos asociados a Internet es una condición indispensable para la protección de los derechos individuales y colectivos en el futuro. Es de esperar que iniciativas colaborativas contribuyan a construir un entorno digital más justo en el que las nuevas tecnologías se desarrollen entorno a un código de buenas prácticas que proteja la libertad de la ciudadanía.