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El Humanismo Tecnológico: Qué es y cuestiones éticas al respecto

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Novedades tecnológicas como el 5G, la conectividad inteligente o la tecnología colaborativa prometen grandes cambios a nivel tanto empresarial como social. Sin embargo, este aumento en la interconectividad también conlleva una mayor responsabilidad: la mayor capacidad tecnológica da más poder a particulares, empresas y gobiernos para influir en el día a día de la ciudadanía en todos los aspectos de su vida.

El humanismo tecnológico surge como respuesta a los nuevos desafíos que supone la transformación digital. En este artículo lo exploramos en profundidad, y damos apuntes sobre las primeras medidas emprendidas por el Gobierno español para instaurarlo y velar por la seguridad digital. 

Qué es el humanismo tecnológico

El concepto de humanismo tecnológico abarca un amplio espectro de ideas, y como tal resulta algo difícil de definir. En términos generales, puede describirse como una filosofía o corriente ideológica centrada en la intersección entre la ética y la innovación tecnológica. En ese sentido, defiende el uso responsable de la tecnología innovadora al servicio de la sociedad, y promueve la innovación dentro de unos cauces éticos que velen por el desarrollo del ser humano. 

El campo de estudio del humanismo tecnológico es tan amplio como la propia tecnología. Su marco de actuación se extiende a varios ámbitos, entre los que destacan los derechos digitales, la defensa y protección de los datos privados, la seguridad en la red, la lucha contra la exclusión de la brecha digital y el estudio del impacto ético de la alta tecnología en campos como la ciencia, la educación, la política y la economía. 

La cantidad y diversidad de ámbitos a los que afecta la tecnología hace necesaria una acción transversal. Por ello, en la actualidad los esfuerzos del humanismo tecnológico a nivel español y europeo se centran en crear una serie de derechos aplicables en cualquiera de los contextos señalados anteriormente. Como veremos en los apartados siguientes, el objetivo del humanismo tecnológico es garantizar que los derechos de la ciudadanía también se protejan en el ámbito digital, y para ello será necesaria la acción coordinada del gobierno, el poder legislativo y el sistema judicial a nivel nacional e internacional.

En qué se basa el humanismo tecnológico

Para ver con más detalle en qué medida tiene importancia el humanismo tecnológico, vale la pena detenerse a explorar las posibles problemáticas que plantea la innovación tecnológica. 

Actualmente, vivimos inmersos en una transformación digital que bien puede considerarse una cuarta revolución industrial. La implantación generalizada de tecnologías disruptivas como el machine learning, la inteligencia artificial, el blockchain y el Internet de las Cosas pronto causará un cambio radical en el funcionamiento de la sociedad.

Esta transición a una sociedad híbrida entre lo digital y lo real implica un traspaso de poder a grandes empresas tecnológicas. Ello implica que, en gran medida, la vida en sociedad estará marcada por las decisiones de entidades privadas que operan a escala global. 

La gestión de nuestros datos por parte de estas corporaciones exige un control férreo por parte de instituciones públicas, que deberán proteger los derechos de los usuarios y regular el comportamiento digital. De forma similar, la tecnología blockchain y la popularización de divisas digitales también ha permitido el surgimiento de un sistema económico muy distinto al tradicional, lo cual hace imprescindible la implantación de normas digitales y la vigilancia de la seguridad para regular el mercado y evitar el fraude.

Más allá de estos ámbitos, la irrupción de nuevas tecnologías también pone de manifiesto la desigualdad digital: muchos ciudadanos todavía no tienen acceso a dispositivos digitales que son cada vez más necesarios, o carecen de los recursos para aprender un uso correcto y responsable de ellos. Para realizar una transición eficiente y justa a un mundo cada vez más digitalizado, es necesario unir esfuerzos y promover políticas que acompañen al ciudadano y le preparen para los cambios que se avecinan.

En esta línea, el humanismo tecnológico se plantea varios objetivos:

  • Eliminar la brecha digital: la falta de acceso a la tecnología avanzada genera desigualdad social, laboral y cultural. Para combatirlas, es necesario ofrecer a toda la sociedad la posibilidad de formarse en las nuevas tecnologías.
  • Garantizar la intimidad del usuario: La cesión de los datos privados en Internet es un problema de gran envergadura. Se requiere una regulación estricta para velar por la privacidad de todos los usuarios y asegurarse de que sus datos no se utilizan sin su consentimiento.
  • Velar por el uso ético de la nueva tecnología: Innovaciones como los algoritmos de aprendizaje automático todavía están por regular. Las empresas que poseen la capacidad de recoger, interpretar y utilizar los datos de los usuarios tienen un poder que debe ser limitado por los poderes públicos. 
  • Buscar soluciones sostenibles: El progreso científico y tecnológico conlleva un impacto ineludible en el medio ambiente. Es imperativo que las soluciones tecnológicas sean también sostenibles y se lleven a cabo de forma energéticamente eficiente, para minimizar el impacto sobre el medio ambiente. 

Desde Mobile World Capital impulsamos la iniciativa Digital Future Society, un programa que trabaja en la construcción de un futuro más justo e inclusivo a través de la mejora continua del impacto tecnológico en la sociedad. Para ello, conecta instituciones, corporaciones cívicas y academias con las que generar espacios de debate, compartir conocimiento y crear soluciones para los desafíos que presenta el avance digital y acercarlas a la ciudadanía mediante espacios abiertos donde intercambiar ideas.