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Los enfermos de epilepsia tendrán una media de 7 minutos para ponerse en posición de seguridad y prevenir accidentes y lesiones


  • MWCapital, MJN y Clínica Corachan han finalizado con éxito el ensayo clínico para validar la efectividad de MJN-Seras, un dispositivo portátil capaz de detectar de forma precoz un ataque de epilepsia

  • MJN-Seras fue el proyecto ganador del segundo reto de d-LAB, el programa de impacto social de MWCapital que busca mejorar la vida de las personas a través de la tecnología

  • Clínica Corachan abrirá una Unidad de Epilepsia en enero diseñada para ofrecer un servicio asistencial a través de la más alta innovación tecnológica y en la que MJN-Seras tendrá un papel importante






Barcelona, 25 de octubre de 2018.- Mobile World Capital Barcelona, MJN y Clínica Corachan han presentado esta mañana los resultados del ensayo clínico para testear la validez del auricular MJN-Seras, un dispositivo tecnológico portable que permite registrar la actividad cerebral de los pacientes que sufren epilepsia a través de Inteligencia Artificial, digitalizarla, filtrarla y detectar con una media de siete minutos de antelación la manifestación clínica de una crisis epiléptica.

El análisis ha contado con la participación de 22 personas que sufren epilepsia con edades comprendidas entre 15 y 46 años. Durante el test, y a lo largo de más de 1.500 horas, se ha monitorizado la actividad cerebral de estos pacientes y se han podido detectar un total de 85 crisis epilépticas, con un tiempo medio de detección previo al inicio de la sintomatología clínica de siete minutos y con una sensibilidad media del 88%.

MJN-SERAS fue uno de los proyectos ganadores del segundo reto d-LAB, el programa de transformación digital de MWCapital, que buscaba premiar proyectos y soluciones innovadoras que, a través del uso y la aplicación de datos personales de salud, más allá de su acceso, pudieran, entre otras cosas, gestionar y seguir enfermedades crónicas y tratamientos médicos. “Proyectos como el de MJN-Seras son un ejemplo del impacto social de los programas de MWCapital”, asegura Jordi Arrufí, director de d-LAB.

Para conseguir que los retos de d-LAB tengan una traducción real, el programa facilita la entrada de partners para implementar el proyecto piloto. En el caso de MJN-Seras los partners fueron la Clínica Corachán, MatSalud y la Universidad de Girona. Juntos han realizado un ensayo clínico (prueba piloto) del dispositivo con pacientes reales para evaluar que el dispositivo es capaz de detectar de forma precoz el riesgo de sufrir una crisis de epilepsia. “Los resultados han sido muy positivos y validan tanto la aplicación médica del dispositivo como su impacto social. Tanto es así que el producto se lanzará comercialmente al mercado este mes de octubre”, sostiene Arrufí.

“Gracias a la tecnología de MJN-Seras se pueden prevenir los accidentes y las lesiones que sufren las personas que padecen esta enfermedad. Para evitar los accidentes se genera un aviso visual, vibratorio y sonoro al usuario antes de la crisis de epilepsia”, explica David Blánquez, CEO de MJN. El usuario, en ese momento, se puede poner en una situación de seguridad y evitar caídas y golpes.

El proyecto ha servido de palanca para la creación de la Unidad de la Epilepsia de Clínica Corachan, unidad pionera en el sector privado de salud, y que agrupa un equipo multidisciplinar de profesionales. “La unidad dará servicio a los pacientes con enfermedad comicial (o con sospecha de ella) de una forma integral, personalizada con el soporte de equipamiento tecnológico de máximo nivel”, apunta el Dr. Ferran Cachadiña, director asistencial de Clínica Corachan y asegura que “cuando MJN nos propuso participar en este estudio, lo cierto es que no tuvimos ninguna duda de que se trataba de un proyecto absolutamente alineado con nuestros valores y con nuestra manera de entender la medicina como un servicio hacia la sociedad”.  El hecho de colaborar de forma tan activa en un ensayo destinado a predecir las crisis epilépticas, refuerza la idea, a veces olvidada, que la tecnología, per se, tiene poco valor si no es aplicada con el objetivo de mejorar la salud y la calidad de vida de las personas.