Un modelo de colaboración europea para un futuro mejor

La Fundación de la Industria Danesa, reconociendo la urgente necesidad de innovaciones radicales y colaboración internacional para afrontar retos mundiales como la reducción de las emisiones de carbono y las transformaciones de la cadena de suministro, se embarcó en una misión para convertir estos retos en oportunidades de crecimiento lanzando una convocatoria de alianzas internacionales.

El Parque Científico DTU surgió como el socio natural para gestionar una iniciativa que pusiera en contacto a las startups europeas más prometedoras de Deep Tech con los socios empresariales necesarios para llevar sus soluciones al mercado y escalar internacionalmente. El objetivo era claro: unir fuerzas con otros centros del ecosistema de startups de toda Europa, garantizando al mismo tiempo que la iniciativa fuera eficiente y fácil de poner en marcha, para evitar obstáculos burocráticos y permitir que las cosas se hicieran.

Las innovaciones radicales, a menudo denominadas «Deep Tech», son avances tecnológicos de base científica capaces de crear nuevos productos y soluciones que transforman mercados e industrias. Estas innovaciones suelen originarse en laboratorios universitarios y a menudo son lanzadas al mercado por startups.

El objetivo era crear una comunidad de miembros de distintos países que pudieran aprovechar sus redes regionales para reunir a las mejores startups, empresas e inversores con el fin de explorar oportunidades de negocio e innovación. La iniciativa se denominó DeepTech Alliance (DTA).

“Se necesita una chispa para encender el fuego.“

Según la Oficina Europea de la Propiedad Intelectual (EUIPO), se calcula que el 95% de las patentes concedidas en Europa (unos 3 millones) están (comercialmente) «inactivas». Sin embargo, la comercialización efectiva del 5% restante de las patentes europeas concedidas supone una contribución cercana al 40% del PIB de la UE.

En Europa contamos con una investigación científica de primer nivel, con un gran potencial para la innovación de impacto, pero demasiada propiedad intelectual europea está comercialmente inactiva. También tenemos que llevar a Europa a la liga de campeones de la innovación.

Los retos de la innovación son muy parecidos en toda Europa. Las empresas buscan soluciones para mantenerse a la vanguardia y las sociedades de capital riesgo buscan objetivos de inversión prometedores, pero es una tarea titánica estar al tanto de todo lo que ocurre en los múltiples ecosistemas de los 44 países del continente. Por otro lado, las startups buscan oportunidades de mercado y capital para expandirse internacionalmente, pero es difícil abrirse paso entre el ruido y captar la atención de los gigantes industriales y los inversores cortejados. Las incubadoras, aceleradoras, venture builders y parques de innovación asociados a universidades técnicas son los lugares donde las nuevas tecnologías se nutren hasta convertirse en innovaciones listas para el mercado. Como tales, pueden servir de intermediarios naturales en el mercado de la innovación, pero ninguno de ellos puede hacerlo solo: es necesaria la colaboración internacional.

La iniciativa de la DTA fue la chispa que encendió el fuego, pero se necesitaba pólvora para que ardiera, así que el Parque Científico de la DTU empezó a ponerse en contacto con sus homólogos de otros grandes países.

Un socio clave al que se dirigió DTU fue PoliHub, el parque de innovación y acelerador de startups del Politecnico di Milano. Por aquel entonces, yo acababa de incorporarme como director general. La iniciativa era muy atractiva para todas las partes interesadas: nuestras principales empresas emergentes de Deep Tech podrían reunirse con grandes corporaciones internacionales, ahorrando meses de esfuerzos de venta. Nuestros socios corporativos tendrían acceso a un flujo de acuerdos internacionales de startups validadas, y mi equipo aprendería de las mejores prácticas de otros ecosistemas de innovación. Decidí unirme.

Barcelona, junio 2024 – Hoy

Estoy sentado en la terraza del Pier01 Tech City, esperando la fiesta de clausura del programa DTA Clean Energy 24 con la «Summit» en Barcelona. Empresas, startups, inversores y aceleradoras de toda Europa se unen a este evento, organizado por Mobile World Capital Barcelona, para explorar oportunidades de colaboración.

Ahora soy presidente de la DeepTech Alliance. Mirando hacia atrás, hemos recorrido un largo camino desde nuestros inicios, hace seis años: contamos con 10 países miembros, representados por sus principales innovadores en Deep Tech, con el objetivo de llegar a 20 a finales de 2026.

Desde 2021 hemos evaluado colectivamente más de 6.500 empresas del ecosistema europeo. La DTA ha llevado a cabo seis Programas de Creación de Empresas, identificando más de 220 oportunidades de negocio entre 126 startups europeas maduras y 45 corporaciones internacionales de 25 países, junto con 158 presentaciones directas de inversores.

Es alentador ver cómo estas reuniones han permitido colaboraciones transfronterizas como Tech Energy Ventures de Italia invirtiendo en Luminescent de Israel generando electricidad limpia a partir de calor residual, Bosch en Hungría colaborando con Ipercept de Suecia para mejorar la eficiencia operativa en su fábrica de Maklár mediante la implementación de la solución de salud de la máquina de IPercept o RunawayFBU de Noruega invirtiendo en Wsense de Italia y su solución de comunicación inalámbrica submarina para energías renovables en alta mar e infraestructuras críticas.

Han pasado años desde que se encendió la chispa en Dinamarca, y ahora podemos celebrar los resultados tangibles de nuestros esfuerzos colectivos.

Sin embargo, los retos a los que nos enfrentamos hoy -sociales, económicos y geopolíticos- son aún mayores que hace seis años. Transformar los problemas en oportunidades requiere más colaboración, innovación y buena voluntad.

Estoy convencido de que si colaboramos como europeos, tenemos la capacidad de liderar el camino hacia una sociedad global más sostenible y justa, haciendo realidad la visión de DeepTech Alliance: «Unir fuerzas para liberar todo el potencial de la innovación europea basada en la ciencia para lograr un impacto global».

Ha llegado el momento de terminar y prepararme para el discurso de apertura del evento. Y dar la bienvenida al undécimo miembro de la alianza, Beta-i de Portugal.

Estamos deseando que lleguen nuestros próximos eventos en Múnich, Oslo y París para dar la bienvenida a más organizaciones que se unan a nuestro empeño colectivo de fomentar la colaboración y la innovación más allá de las fronteras.